jueves, 12 de septiembre de 2013

CAMINO AL LXXX ANIVERSARIO DEL CMLL (PARTE III)


Ya estamos a un día de la fiesta. En esta semana, el CMLL ha inaugurado una exposición de fotos sobre Paseo de la Reforma, en las rejas del Bosque de Chapultepec, para la apreciación del público, así como ha develado un nuevo mural conmemorativo en las paredes altas de la Arena México. También, el día de ayer, salió a la venta una edición especial de la revista Box Y Lucha, la publicación más longeva en la materia, donde celebran con una selección, a su criterio, de los 80 luchadores más influyentes de la historia del pancracio mexicano. Todo para llegar mañana a un verdadero agasajo luchístico para todos los aficionados.

Quizá a muchos esta pasión que de pronto estoy explorando les parezca una sorpresa. Si bien muchos sabían de mi gusto por la lucha libre, rara vez comentaba algo, veía alguna lucha y, mucho menos, hacía tantas menciones sobre el tema en mis espacios virtuales (o reales). Pero es que la pasión siempre ha estado conmigo, pero la vida me fue llevando por otros lados, además de ciertas circunstancias, que la pusieron en pausa. Déjenme contarles un poco…

LA LUCHA LIBRE Y YO


Recuerdo, como suele recordar uno esos años, cuando era niño y veía las viejas luchas televisadas en la recámara de mis padres. No puedo decir qué día de la semana pasaban, no tengo presente un solo cartel, no puedo ver una máscara o un nombre que me parezcan familiares, pero recuerdo la emoción, las charlas con mi padre, los comentarios de mi madre y la que entonces me parecía una cama enorme donde brincaba impresionado con cada llave y cada golpe. Eran los inicios de los ochenta, antes de que algún ejecutivo televisivo decidiera no transmitir más las funciones de lucha. Así pasaron muchos años y mi infancia, sin lucha libre, hasta que nos volvimos a encontrar.

En los últimos años ’80 Televisa volvió a transmitir los encuentros de la entonces llamada Empresa Mexicana de Lucha Libre. Pasaban los sábados, a muy altas horas de la noche, quizá creyendo que los niños ya estarían dormidos y no había riesgo alguno de que trataran de imitar los lances y los golpes. Yo ya iba en secundaria y, cuando podía (siempre he sido ente nocturno), me desvelaba para verlas tratando de recuperar, de alguna forma, esas vagas sensaciones de la infancia. Y entonces llegó un fin de semana del ’89 que, en muchos sentidos, cambió mi vida:


Mi familia se cambió de casa. Como mi madre y mi tío trabajaban toda la semana, sólo pudieron hacer la mudanza en sábado que, desde temprana hora, se volvió un caos del que me pude mantener ajeno. Llegó la noche y me quedé a “dormir” en la sala, por alguna razón, y me puse a ver la tele. Las luchas. Resultó que el encuentro estelar de esa noche sería un mano a mano, cabellera contra cabellera, entre Daniel López, mi admirado Satánico, y Juan Manuel Rodríguez, La Bestia Salvaje. Es muy probable que mi memoria exagere, pero puedo jurar que el primer round duró 10 minutos, el segundo duró 30 y el tercero fue una hora de castigos que parecieron interminables hasta que Satánico pudo vencer a su rival. Esa noche entendí lo que era la lucha libre; la garra, el entrenamiento, las llaves, las contra-llaves, los lances, las apuestas, la entrega, el espectáculo, el deporte, la ciencia y el arte que se necesitan para subir a un ring.

Desde ese momento, la lucha libre pasó a formar parte de mis obsesiones adolescentes junto a los cómics, la música y la televisión. Compraba cada ejemplar que salía de Box Y Luchas, Colosos del Ring, Gladiadores, Sensacional de Luchas, etc. También pasaba horas y días buscando, rascando por ediciones viejas de Halcón, Lucha Libre y cualquier revista que pudiera encontrar. Me aprendí el nombre de cada llave, su creador y cómo funcionaba. Me enamoré de Lizmark, me apasioné con Súper Astro, admiraba al Satánico, al Dandy, al Rayo de Jalisco Jr., a los Dinamita, a Octagón, a Kung Fu y Kato Kung Lee, a Ringo Mendoza, al Solitario, a Atlantis y al Ángel Azteca. La lucha libre formaba parte de cada día de mi vida…


Y entonces llegó la AAA.

Si bien su primer año, quizá los primeros 2, fueron en verdad emocionantes y buenos, pues en su primera etapa lograron conjuntar un elenco de las fuerzas independientes y cualquier cantidad de coliseínos que volvieron esas funciones en un deleite luchístico, poco a poco dejaron entrever el tipo de espectáculo barato y de vodevil en que se irían convirtiendo con los años. Por aquel entonces yo ya me había alejado un poco de la lucha, pues mi primer amor (el cómic) me había llevado por otros senderos, pero seguía viendo los encuentros y adquiriendo algunas de las revistas. Pero lo que entonces se veía no era mi lucha, así que me alejé.

Con el tiempo la gran mayoría de los datos que había aprendido se fueron borrando para permitir entrar nueva información a mi cabeza. De vez en cuando veía alguna función que me hacía recordar lo que era la lucha libre de mis amores (el mano a mano de El Hijo del Santo y Negro casas en el ’96, por ejemplo), pero entre el horario incómodo en que programaron sus transmisiones y mis ocupaciones, mi gusto se fue quedando de lado. En el 2000 pude llegar a escribir el cómic de Tinieblas, por lo que pude hacer uso de mucho de esa pasión, incluyendo pelear con buena parte del equipo para que Tinieblas fuera un luchador y no una mala especie de superhéroe. Muchas de mis escenas favoritas en el cómic tienen que ver con un ring, un entrenador, un promotor y una función de lucha (además de unos robots y un científico loco que adoré). Pero de ahí en fuera, mi contacto con el arte del catch ha sido escaso.


Sin embargo, a finales del año pasado, comenzando a vivir con mi pareja, un sábado en casa iban a comenzar las luchas en televisión y, pensando que a ella podrían gustarle, nos pusimos a verlas. Para mi sorpresa, no sólo le gustaron, sino que se volvió una verdadera aficionada, comenzando a ir con ella a las arenas (cosa que nunca hice antes, ahora no explico por qué), buscando máscaras, publicaciones de nuevo, fotos y recuerdos con los luchadores. De nuevo me encuentro con el niño que brincaba en la cama emocionado y con el adolescente que caminó por las calles de Bondojo tramando historias donde el Ángel Azteca y Atlantis eran los protagonistas.

La vida sigue y en mi cabeza siguen existiendo enmascarados que quieren salir a contar sus vidas mágicas al mundo. Luchadores reales e imaginarios se ven a los ojos y agitan mi corazón. Por eso, por esa historia mía, por ese pedacito de 80 años de historia, la fiesta de este viernes me llevó a escribir estas líneas y dar mi opinión. Como la que tengo sobre…

LA LUCHA ESTELAR

Como ya expliqué ayer, hasta este momento no sabemos cuál será la lucha estelar. Por eso, saltándome los antecedentes que ya di ayer, paso a dar mis expectativas sobre cualquier de las 2 luchas que puedan cerrar la fiesta del LXXX Aniversario la madrugada de mañana.


Opción 1: Mano a mano; máscara contra máscara.

Técnico: Sombra.

Rudo: Volador Jr.

Esperanza: Qué puedo decir que no se haya dicho ya. Los 2 luchadores son de las mejores cartas jóvenes que hoy día tiene el CMLL: Volador, El Depredador del Aire, es contundente, ágil y rudo. Atrabancado cuando se encrespa, pero duro de vencer. Sombra, La Silueta Espía, ha sido el enmascarado de esta nueva camada del Consejo que mejor sabor de boca me ha dejado. Recio, rotundo, sereno y efectivo en sus castigos. De fuerte musculatura y buena condición física, sabe mantener la mente fría y seguir su estrategia hasta conseguir el triunfo. Hay que decir que el enfrentamiento no decepcionará y, seguramente, dejará un gran sabor de boca si se llega a realizar, aunque se puede argumentar que el precio del boleto era demasiado para el duelo. Sin embargo, por mi parte espero ver un encuentro de jóvenes gladiadores en la parte alta de la ola de su carrera. Mi predicción: Volador Jr. pierde la máscara y Sombra se encumbra como el nuevo verdugo de capuchas del CMLL.


Opción 2: Mano a mano; máscara contra máscara.

Técnico: Atlántis.

Rudo: Último Guerrero.

Esperanza: ¡Un luchón! Básicamente, el encuentro por el que valdría la pena pagar esos precios, incluso si el resto de los combates fueran malos. Último Guerrero ya tiene una carrera de casi 25 años en la que ha cosechado varios y jugosos triunfos, como diversos campeonatos en muchas ocasiones, exitosos viajes a Japón y E.U., donde incluso ganó la copa World X de la promotora estadounidense TNA en 2008, así como algunas máscaras muy cotizadas como la de Míster Águila y, la más importante, el Villano V. Atlantis, El Ídolo de los Niños, no se queda atrás en una carrera que ya cumple 30 años, en la que los logros y triunfos, campeonatos, viajes y reconocimientos han ido y venido con singular alegría, pero quizá lo más interesante sea que Atlantis es ya conocido como un verdadero verdugo de máscaras; desde su primer año de carrera arrebató la máscara de El Talismán, comenzando así una racha de apuestas que ha ganado, incluso teniendo todo contra corriente. En su poder están las capuchas de grandes ídolos, con mayor carrera y tradición, como lo son Kung Fu, Mano Negra y la del Villano III. Ambos gladiadores tienen todo para dar una lucha para recordar (y ambos guardan en sus casas las capuchas de 2 integrantes de La Dinastía Imperial, cosa a resaltar pues vencer a un Villano no es pequeño logro), por lo que todas mis esperanzas están puestas en que ésta sea la lucha estelar. No puedo hacer una predicción, pero mi corazón pide que Atlantis levante los brazos mañana con la incógnita de Último Guerrero en sus manos.

Así termina esta serie de escritos en camino a la gran noche del LXXX Aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre y de la lucha libre en México. Esperemos que sea una noche como lo merece: ¡De leyenda!


Suerte y hasta pronto.

Francisco Espinosa.

2 comentarios:

Amra Alhazred dijo...

Que hay mi querido Paco, tal vez no me recuerdes, pero yo era un asiduo escucha de comic conexión, te escuchaba cada semana junto con mi querido amigo Joey, buena dupla hacían, lástima de su tan famosa separación,antes que nada un abrazo mi buen Paco, me caes bien por ser tan atinado y docto en tus comentarios, sobre todo de cómics, hasta hoy supe que te apasionaba este magno deporte nacional, yo soy aficionado a la lucha libre clásica digamoslo así, mi par de hermanos y un primo, esos si son de hueso colorado, eran de ir a las arenas de lucha libre cada jueves a la extinta Pista Arena Revolución, no le fallaban, y a veces mi papá o mi tío los llevaba viernes a la Arena México o domingos a la Arena Coliseo, pero de que iban cada semana una o dos veces era de ley, los jueves podían ver luchadores del Toreo, Canek, villanos, Hijo del santo, fishman, Dr Wagner jr, conan etc etc ... los sábadoa o domingos eran de plano puros luchadores de la EMLL ... yo asistía varias veces por que si me gustaba, nos tocó ver el desafortunado accidente donde Oro perdió la vida, eso nunca lo olvidaré, innumerables experiencias de la lucha amigo Paco ... recuerdos de niño extraordinarios .. ahora la última vez que asisti a la majestuosa Arena México, fué aquella vez del máscara contra máscara Black Warrior y Místico, recuerdo q ese dia llevé a mi sobrinito Denilson y a mi novia,nos fuimos en taxi y llegando antes de av Cauhtemoc ya no se podía pasar, pues cerraron las vias de acceso, y mi novia me decía, pues quien carajos va a luchar que esto esta hasta la m... tambien estuvo en la cartelera ese día, una de las últimas con el CMLL, el hijo del santo ... me dá gusto Paco que seas apasionado de este deporte nacional ... aún me falta asistir a la tortería de superastro amigo, iré un día de estos ... saludos amigo ... un abrazo ... !!!!

Amra Alhazred

Blackpaco dijo...

Claro que te recuerdo, estimado Amra. Bienvenido a ésta tu otra casa virtual. Qué suerte que hayas podido ver funciones tan clásicas en su tiempo. Ahora mismo, no sabes cómo me arrepiento no haber ido más a las arenas en mis tiempos de mayor efervecencia luchística, pero seguro si lo hacía mi vida hubiera sido muy distinta.

Otra cosa que lamento es que, por lo ya escrito, a mí me pasó de noche la última gran época del CMLL: Nunca vi ni entendí en forma al Místico original, la Wagnermanía me pasó de noche y la transformación de Dos Caras Jr. a Alberto del Río de plano ni la conocía.

Es bueno que tengamos otros gustos en común. Por aquí nos estaremos leyendo, Amra. Saludos y la mejor de las suertes.